A pesar del creciente movimiento por la neutralidad corporal, vivimos en una sociedad que sigue valorando mucho nuestro aspecto. La discriminación por la apariencia puede manifestarse de múltiples maneras, afectando la autoestima y la confianza en la apariencia física, así como las oportunidades de educación y empleo. Deben producirse algunos cambios radicales para hacer de la sociedad un lugar más justo y amable para todos, independientemente de la apariencia. Sigue leyendo para saber más.
Actualmente, la discriminación basada en la apariencia no está protegida por la legislación federal. Sin embargo, la discriminación puede cruzarse con categorías legalmente protegidas, como la discriminación por discapacidad física, el racismo, el edadismo o el sexismo. Entonces, ¿cuáles son algunos ejemplos de discriminación por la apariencia? Por ejemplo, que no contraten a alguien por su talla, que un empresario le pida a alguien que se corte las rastas o se tiña las canas para adaptarse a la política de presentación de la empresa, o que un desconocido haga comentarios no deseados sobre la textura del cabello o la forma del cuerpo. Ya sean manifiestos o indirectos, estos comentarios y solicitudes son hirientes, intimidatorios y ofensivos.
Si sufres discriminación por tu aspecto, es vital que busques apoyo para tu salud mental y que no lo afrontes sola. Según la American Psychological Association, los sistemas de apoyo son especialmente importantes para combatir la discriminación por el aspecto físico, ya que podemos interiorizar las creencias negativas de otras personas, incluso cuando sabemos y creemos que no son ciertas. Así que tener familiares y amigos que te recuerden lo mucho que vales te ayudará a replantear esas creencias.
Encontrar formas de aceptarte y apreciarte (exactamente como eres) te ayudará a reforzar la autoestima y la confianza en ti misma y a contrarrestar la negatividad. Recuérdate a ti misma tus puntos fuertes y tus valores, da crédito a tu cuerpo por todo lo que ha experimentado y encuentra tiempo para apreciarte y apreciar todo lo que has hecho.
Cuantas más personas desafíen y tomen conciencia sobre estas cuestiones, más podremos combatir colectivamente la discriminación por el aspecto físico. Si eres testigo de discriminación por la apariencia, no te quedes callada. Si ocurre, habla con un colega o jefe de confianza. Si estás en la escuela, explora con tus compañeros y profesores cómo crear un entorno más inclusivo, estando al mismo tiempo hipervigilante ante cualquier acoso que pueda producirse. Aprende cómo denunciar la discriminación por el cabello y firma la petición para proteger los estilos de expresión racial y cultural.
El cambio social necesita activistas que lo denuncien, así que siéntete segura de que rebatir estos comentarios, cuando sea seguro para ti hacerlo, es lo correcto.