
Nicolette sabía que ser madre tendría sus retos. Pero las versiones relucientes de la maternidad que estaba acostumbrada a ver en las redes sociales no la prepararon para la verdadera experiencia.
“Esperaba tener cambios, pero ninguna sesión de paternidad o parto pudo explicar en realidad los cambios por los que pasaríamos mi familia y yo al dar a luz y llevar a mi bebé a casa. La sociedad espera que las madres puedan hacerlo todo. La mamá perfecta no puede tener depresión ni ansiedad. No puede sentirse abrumada porque tiene que cuidar a sus hijos. No puede tener una enfermedad mental porque se supone que tiene que ser fuerte para su familia”.
Cuando nació su primer bebé, Nicolette batalló para nombrar lo que estaba experimentando. Pero cuando tuvo a su segundo bebé, supo cómo lidiar con la ansiedad posparto y obtener el apoyo que necesitaba.
“La primera vez que me di cuenta ocurrió pocos meses después de mi primer parto. Nunca se me ocurrió que tenía ansiedad y no busqué ayuda para superarla.
Con mi segundo bebé, estaba más consciente de mis síntomas de depresión posparto, así que hablé con mi ginecobstetra para que agendara una intervención. Quería recuperar el control de todo lo más pronto posible y sentirme bien. Al hablarlo en confidencialidad, pude aprender más de mí y de quién soy como madre.
Lo mejor que se puede hacer es reconocerlo y aceptarlo. Hay ayuda allá afuera para nosotras, pero si no la usamos, no habrá motivo para tenerla. Tenemos que aprender a no tenerle miedo cuando se nos presente”.
Para saber más sobre la experiencia de Nicolette, sígala en Instagram: @nikamay.
No está sola. La depresión posparto es real y siempre hay ayuda disponible.