Cuando tenemos una alta autoestima, sentimos que pertenecemos al mundo y a nuestra propia piel. Nos gustamos a nosotras mismas y conocemos y valoramos nuestros puntos fuertes. Una elevada autoestima está vinculada a amplias consecuencias positivas, incluidas mejores relaciones sociales. Retroalimenta el sentimiento de que somos, según Merriam-Webster “una buena persona que merece ser tratada con respeto”.
Aunque el impacto positivo y cariñoso de la familia y los amigos en los niños son una gran parte de lo que determina la autoestima, también podemos fortalecer nuestro propio sentimiento de autoestima y confianza en cualquier momento. Aquí te explicamos cómo.