Es común mencionar las diferencias que notas en tus hijos, desde su apariencia hasta sus capacidades. Es posible que parezca inofensivo mencionar esto, pero es importante intentar evitar conscientemente la comparación entre hermanos, tanto en términos positivos como negativos, ya que los niños pueden ser increíblemente sensibles a esto. Algo que te parezca neutral o incluso halagador puede ser hiriente para ellos. Puede reducir su confianza y potencialmente generar una rivalidad entre hermanos, lo que puede tener efectos duraderos.
No estamos diciendo que un poco de comparación entre hermanas y hermanos los llevará a una profunda infelicidad. Los padres tienen suficientes preocupaciones como para sentir además la presión de ser perfectos todo el tiempo. Pero es importante estar consciente del posible impacto de los mensajes que internalizan los niños.
Una investigación ha descubierto que cuando los niños reciben burlas por su apariencia por parte de familiares, pueden terminar sintiéndose insatisfechos con sus cuerpos, comparándose negativamente con los demás, teniendo problemas de autoestima y más expuestos a la depresión y a trastornos alimenticios. Mientras tanto, un estudio de 2021 halló que los adultos jóvenes que habían experimentado altos niveles de rivalidad entre hermanos cuando eran niños tenían una menor sensación de competencia, autoestima y satisfacción con la vida, y tendían a internalizar problemas.
Apoya su aprendizaje
Como madre o padre, ves lo diferentes que pueden ser tus hijos entre sí. Es natural que menciones esto, pero la comparación entre hermanos puede tener un impacto académico en los niños. Los padres de casi 400 adolescentes solían creer que su primer hijo era más inteligente, aunque los logros de sus hijos fueran bastante similares. Esto se debió al hecho de que los hermanos mayores siempre estaban estudiando cosas más complicadas que los más jóvenes, ya que estaban en un grado superior en la escuela. Esto sesgaba la comprensión de los padres y veían injustamente a los hermanos más jóvenes como menos inteligentes, lo que significaba que los hermanos más jóvenes tendían a tener menor rendimiento desde el punto de vista académico.
Celebra la originalidad
Otra investigación que involucró a alrededor de 20,000 personas descubrió que los hijos mayores tenían más posibilidades de estar de acuerdo con afirmaciones como "Soy rápido para entender las cosas" que sus hermanos más jóvenes. Aunque pueda parecer que un niño es más dotado en la escuela, cada uno tiene un conjunto de habilidades totalmente individuales. También recuerda que probablemente observaste cada pequeño logro de tu primer hijo, pero a medida que crece una familia, tu atención se divide. Eso no te convierte en una mala madre o en un mal padre, pero es algo que debes tener en cuenta cuando inconscientemente haces comparaciones entre hermanos.
Construye vínculos entre ellos
También va más allá de sus notas escolares, porque los niños pasan la mayor parte de su tiempo libre con sus hermanos que con cualquier otra persona, y por lo tanto tener un hermano o hermana cariñoso y solidario tiene un impacto masivo en la felicidad para toda la vida. Las pequeñas peleas son normales y ayudan a los niños a superar conflictos, pero demasiada rivalidad entre hermanos se asocia con la depresión, la baja autoestima y la participación en comportamientos riesgosos.
Acérquense como familia
Para asegurarte de no caer en la trampa de la comparación entre hermanos, haz un esfuerzo concertado para no hacer ni decir cosas que parezcan favorecer a uno de ellos. Explica si uno de los niños recibe un tratamiento diferente: estás dejando que el hermano mayor se quede despierto hasta más tarde porque es mayor o se le permite subirse a la montaña rusa porque es más alto. Asegúrate de que cada niño también tenga un momento personal con sus padres, e intenta no alentar a los hermanos a competir. Hagan muchas cosas juntos como familia y deja que los niños se turnen para elegir actividades para que todos se sientan valorados. Si un niño se destaca, ten cuidado de no elogiarlo demasiado y pasar por alto los esfuerzos del otro. Y cuando sean amables entre sí, elogia también ese comportamiento.
No dejes que las bromas familiares se tornen hirientes
También debes estar atenta a los comentarios de los familiares que podrían afectar la confianza de tu hijo. Si tu hijo está molesto por algo que se ha dicho, explícale cuidadosamente a un abuelo, tía o tío por qué ese comentario cruzó el límite. Ayuda a tu hijo a expresarse si se siente herido. Si en ocasiones familiares notas que la conversación deriva en comparaciones, guíala en una dirección diferente.
Luego, explícale a tu hijo por qué cambiaste de tema. Dile que es valioso y digno tal como es y, si alguna vez quiere hablar, que acuda a ti. Si sigue surgiendo el tema: lleva a esa persona a un lado y explica por qué prefieres no comparar a tus hijos, ni concentrarte en la apariencia simplemente porque no quieres darle demasiada importancia. Estas ideas sencillas pueden marcar una gran diferencia para tu familia.