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Limpieza
La primera regla para conseguir esa piel que deseamos es mantenerla limpia. Aunque parece muy elemental, hay ocasiones en que no le damos a la higiene la importancia que merece.
Cuando tienes mucha prisa, te bañas tan rápido que no te das el tiempo necesario para hacerlo correctamente. Esto no quiere decir que tengas que tomar una ducha de una hora, pero sí tienes que considerar que es un momento que nos dedicamos a nosotros mismos, para cuidarnos y consentirnos.
Usa un jabón líquido o una barra de belleza que limpien y cuiden tu piel, los cuales tienen que estar formulados con dermolimpiadores eficientes que respeten la capa hidrolipídica que la cubre y protege.
No te talles muy fuerte porque podrías lastimarte. Hazlo suavemente y, de preferencia, usa esponjas naturales y suaves, pues las que están hechas con materiales sintéticos podrían ser muy duras con tu piel.