Las axilas sensibles merecen un cuidado delicado. Te vamos a guiar a través de una nueva rutina paso a paso para minimizar la irritación y lograr axilas suaves, cuidadas y cómodas.
1
Lava tus axilas diariamente
¿No estás segura por dónde empezar? La limpieza es el primer paso para el cuidado de la piel sensible. Lavarse las axilas a diario ayuda a eliminar las impurezas y el exceso de grasa para mantener la piel limpia y fresca. Asegurate de elegir un limpiador suave que sea adecuado para todo tipo de piel, como los jabones Dove.
2
Asegurate de humectarlas
Tus axilas merecen el mismo nivel de cuidado que tu rostro. Todos nuestros antitranspirantes contienen ¼ de crema humectante con óleo protector para darle a tu piel el cuidado que se merece. Con una fórmula no irritante, nutren tu piel, dejando tus sensibles axilas suaves y cómodas.
3
Si elegís afeitarlas, cambiá tu afeitadora con regularidad
Lo que hagas con tus axilas depende totalmente de vos. Pero, si elegís afeitarte, es muy importante que cambies tu afeitadora con regularidad. Reemplazarla cada semana te dará una afeitada más limpia. Además, ayuda a reducir la posibilidad de que se acumulen bacterias, manteniendo la piel suave y con menos irritación.
4
Usa un desodorante delicado
¿Te preguntás cómo cuidar la piel sensible? El antitranspirante Dove es perfecto para cualquier persona que experimente sensibilidad al desodorante. No contiene alcohol, tiene una fragancia delicada y está enriquecido con nuestro ¼ de humectante con óleo protector, que ayudan a darle a tu piel sensible el cuidado que necesita.
5
Usa telas que permitan a tu piel respirar
¿Sabías que ciertas telas pueden resecar la piel de las axilas y aumentar las posibilidades de irritación? Para darle a tus axilas una dosis adicional de cuidado, te recomendamos usar telas permeables al aire como algodón y lino.