El sesgo inconsciente (también conocido como sesgo implícito) es una opinión o un estereotipo, generalmente sobre grupos de personas, que existe en nuestro subconsciente y afecta nuestras actitudes y comportamientos hacia los demás. Existe el sesgo inconsciente debido a la forma en que nuestros cerebros procesan y organizan la enorme cantidad de información que enfrentamos todos los días. Para darle sentido al mundo, el cerebro clasifica las cosas en grupos, que subconscientemente se etiquetan como ‘buenas’ o ‘malas’, lo que resulta en sesgos.
Significado de sesgo inconsciente
El sesgo inconsciente está formado por una amplia variedad de factores, incluyendo tus antecedentes, experiencias personales, cultura y estereotipos de la sociedad. Aunque a menudo se plantea en el contexto del género o raza, se pueden formar sesgos inconscientes sobre una amplia variedad de características, como sexualidad, origen étnico, religión o sistema de creencias, profesión, edad, tamaño corporal, idioma, discapacidad, nombre, entre muchas otras.
Los sesgos conscientes e inconscientes son diferentes: los sesgos conscientes son opiniones parciales que conocemos y formamos intencionalmente, mientras que no estamos al tanto de los sesgos inconscientes, y en realidad pueden oponerse a los valores que crees que tienes, que es lo que los hace tan perjudiciales.
Cómo contrarrestar el sesgo inconsciente
Lidiar con el sesgo inconsciente es esencial para poder tratar a los demás de manera justa. Para superarlo, primero debemos tomar conciencia de su presencia y de los prejuicios ocultos que afectan nuestras opiniones y acciones.
La emprendedora y escritora Valerie Alexander organizó una charla TED titulada “Cómo ser más lista que tu propio sesgo inconsciente” y ofreció la siguiente guía sobre cómo reconocerlo: “Cuando nos detenemos y evaluamos nuestro propio comportamiento, podemos identificar cuando tenemos diferentes reacciones y expectativas frente a personas simplemente porque no se parecen a nosotros, o peor aun, porque sí se parecen”.
Reconocer el sesgo inconsciente en ti misma y en los demás puede ser tan simple como evaluar los estilos de vida y las personas dentro de ellos: ¿todos tus amigos son de la misma raza y sexualidad que tú? ¿Tu lugar de trabajo por lo general contrata personas con orígenes similares? ¿Los vecinos con los que socializas comparten tus mismas características?
Identificar los sesgos existentes es el primer paso, pero son difíciles de superar: los sesgos se ven reforzados todos los días por el mundo que nos rodea, a menudo alimentados por la cultura dominante de la que formas parte.
Contrarrestar el sesgo inconsciente incluye implementar estrategias prácticas para el cambio conductual. En primer lugar, podemos aprender a desafiar nuestros pensamientos y buscar oportunidades para expandir nuestras experiencias con personas de diversos orígenes que no coincidan con los nuestros.
Para desafiar esto, intenta retroceder un paso y evaluar tus interacciones con los demás: puedes cuestionar tus propios motivos y actitudes para ver si se forman a través de la lente del sesgo inconsciente. También puedes apuntar a aumentar tus interacciones con personas que se ven, piensan y actúan de manera diferente a ti.