Luyanda, contadora
Luyanda creció en Sudáfrica con una desesperada ansiedad por integrarse con sus compañeras y hacía todo por modificar su cabello para parecerse más a sus amigas. Sin embargo, un día se dio cuenta de que nunca encajaría en un molde tradicional de belleza. Desde entonces dejó de preocuparse por eso.

Hoy la seguridad de Luyanda en su persona es evidente, pero no siempre fue así. Durante años, vivir rodeada de amigas de piel clara y cabello lacio fue una presión por acercarse a un ideal de belleza que no tiene nada que ver con ella. Pero en cuanto advirtió la belleza de sus propios rasgos se prometió ser auténtica. Ese día se hizo rastas y va por el mundo con un aplomo casi tan hermoso como su cabello natural.