• 1
    Mantené la calma

    Evaluá con tranquilidad el estado de ánimo de tu hija cada día. ¿Parece retraída, necesitada o exaltada? Actuá en consecuencia, pero tratá de no centrar la atención en sus estados de ánimo volubles

  • 2
    Avanzá un día a la vez

    Intentá averiguar qué necesita cada día. ¿Acaso la solución es una conversación entre adultos? ¿O acurrucarse en el sofá con su oso de peluche y una taza de chocolate caliente? Hacé lo que consideres adecuado para ayudarla con sus cambios de ánimo

  • 3
    Compartile tus propias experiencias

    Asegurate de que sepa que lo que le está pasando es normal. Ayudala a sincerarse y compartile cómo fue tu propia experiencia durante la adolescencia. Hablarlo abiertamente puede disipar el halo de temor y misterio que rodea los síntomas de la pubertad, además de fortalecer el vínculo entre ustedes

  • 4
    Mantené la mente abierta

    Si tu hija pierde interés en sus actividades habituales, explorá algunas alternativas. Sugerile probar algo juntas, o invitá a una amiga suya para hacerlo más divertido

  • 5

    No dejés que se encierre en sí misma

    Animala a que siga haciendo algunas actividades. Si está decidida a abandonarlas, busca nuevas formas de que se exprese, se ejercite o se comprometa socialmente. Es posible que le atraigan actividades más "adultas", como yoga o pilates


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