Comunicarte con tus hijas debería ser fácil. Pero hacer algo que entorpezca la comunicación es aún más sencillo. Con que hagas un simple comentario sobre su vestimenta, él/ella puede marcharse enfurecida y dar un portazo al salir. Si le preguntas qué comió, puede dar por sentado que estás cuestionando su dieta.
Si bien lo único que hacés es intentar demostrarle cuánto te importa, sus reacciones apuntan a que hablan dos idiomas distintos.
Por supuesto que siempre habrá momentos en los que tus hijas malinterpreten lo que digas, pero si mejorás tu capacidad para escucharlos y comunicarte con ellas verbalmente, les vas a demostrar que no es tu intención herirles ni molestarles.
Si tus hijas y vos parecen discutir con frecuencia, necesitás nuestro Traductor de mamás. Compartiles esta página para que tanto ellos como vos la prueben. De esta manera, podrán iniciar una conversación en la que los significados de las palabras se confundan lo menos posible.