Hay algunas cosas de la vida en las que sabemos que podemos confiar. Como el tono de nuestro esmalte de uñas favorito, una barra de chocolate cuando tenemos un mal día o las virtudes de nuestro humectante favorito.
No existe nada como la sensación suave y aterciopelada de la piel humectada. Pero lograrlo puede llegar a ser difícil, en especial cuando el clima cambia o envejecemos. Por eso es fundamental encontrar el mejor humectante.
Conocer tu tipo de piel es esencial, pero también lo es conocer qué quieres de tu piel, independientemente de si es luminosidad, suavidad o firmeza. Por ejemplo, cuando elijas el mejor humectante para piel grasosa, opta por cremas humectantes livianas que nutrirán tu piel sin dejarla grasosa ni sudorosa.