Muchas de nosotras conocemos el término, pero entender exactamente qué es la humillación corporal, además de saber sobre cómo responder a la humillación corporal, puede marcar una gran diferencia en tu bienestar mental. Esto es lo que debes saber sobre cómo la humillación corporal puede afectar a una persona, y cómo responder cuando la escuchas o la ves, si está dirigida a ti o no, y también cómo asegurarte de no criticar tu cuerpo por accidente.
La humillación corporal es cuando una persona critica la apariencia, la forma y/o el tamaño del cuerpo de otra persona. Esto puede hacerse de maneras abiertas y obviamente negativas, por ejemplo, cuestionando si una persona debe usar cierto tipo de ropa en función de su forma física y su tamaño. La humillación corporal también se produce de maneras menos evidentes, como disimular un comentario sobre el cuerpo como un cumplido. Un ejemplo común de esto podría ser: ‘¡Guau, te ves tan delgada!' Para algunas, la delgadez puede ser un objetivo, pero para otras puede ser un problema para su salud mental o física. Además de eso, la humillación corporal se puede presentar como un problema de salud: ‘Tal vez deberías evitar el pastel y comer fruta en su lugar’.
Debido a esto, definir qué es la humillación corporal puede resultar complicado. Es por eso que es mejor pecar por precavida y evitar hacer comentarios sobre el cuerpo de otra persona.
Descubrir las razones por las que las personas critican el cuerpo de los demás es aún más complejo. A menudo se asume que la humillación corporal y la humillación basada en el peso son sinónimos porque las personas que no encajan en un prototipo de cuerpo delgado tienden a recibir mucha humillación corporal, tanto en línea como en la calle. Keisha, de 17 años, nos cuenta: “Los humilladores corporales que ‘solo se preocupan’ son los peores. No me importa si la gente quiere criticar mi cuerpo, pero es la gente que trata de disfrazar la maldad como preocupación la que realmente me molesta”. El punto de Keisha destaca el hecho de que a menudo criticamos el cuerpo de las personas que no encajan en las ideas convencionales de cómo “debería” o “no debería” verse un cuerpo. Esto es preocupante, porque en una época en la que los prejuicios son inaceptables, el prejuicio corporal suele verse como algo aceptable.
Otro factor que motiva la humillación corporal a menudo son las críticas, y desgraciadamente todos podemos ser culpables de hacerlo. ¿Cuántas veces has visto a alguien en la calle o en las redes sociales y has criticado lo que usaba o cómo se veía su cuerpo? Si alguna vez has hecho esto, no te convierte en una mala persona, pero es bueno notarlo e investigar por qué sucede para evitar que ocurra en el futuro. En general, proyectamos nuestras propias inseguridades en los demás. Canaliza tu energía en querer tu propio atuendo y quererte a ti misma en lugar de criticar a los demás.
La única manera en que podemos detener el ciclo dañino de la humillación corporal y su impacto nocivo en la autoestima es concentrarnos en fortalecernos unos a otros de maneras que no tengan nada que ver con nuestros cuerpos. Enfocarse en lo que hace que una persona sea realmente interesante, única e inteligente es la mejor manera de fortalecer la autoestima y el bienestar de todos en el largo plazo.