No es necesario bañar al bebé a diario
"Si bien al principio puede parecer intimidante, bañar a tu bebé es fácil y solo tienes que hacerlo dos o tres veces a la semana, siempre y cuando el área del pañal esté bien limpia entre cambio y cambio de pañal", dice la dermatóloga certificada Kalyani Marathe, MD, MPH, FAAD. "Lo primero que hay que recordar es que hay que comenzar con baños de esponja hasta que el muñón del cordón umbilical del bebé haya caído y se haya curado".
Si quieres bañar a tu bebé todos los días no pasa nada, pero no es obligatorio. Siempre y cuando el área del pañal se mantenga limpia, un chapuzón en la bañera no es necesario, ya que la piel de los bebés y los niños pequeños es muy delicada (de hecho, es alrededor de un 30 % más fina que la nuestra). Más bien al contrario, demasiada agua caliente o demasiado producto puede dejar su piel seca e incómoda.
Comenzar con un baño de esponja
En general, se recomiendan baños de esponja para los bebés hasta que el muñón del cordón umbilical caiga y se cure, lo cual es una señal de que está bien pasar a los baños "normales" (usando una tina poco profunda, una bañera de plástico o una para bebés). Los baños de esponja, además de ser una gran oportunidad de crear un vínculo para ti y tu bebé, son un buen momento para que, poco a poco, tu bebé se acostumbre a que se le limpie de forma regular y también al contacto con el agua.
Puesto que a los bebés les baja la temperatura corporal muy rápido, es recomendable usar una toallita caliente – tanto para los baños de esponja como para los baños "regulares" – para mantener al bebé caliente cuando sea necesario. Comenzando con la cabeza del bebé, lo mejor es limpiar la cara y el cuero cabelludo del bebé antes de lidiar con los pliegues y las arrugas en su piel, y detrás de sus orejas. Productos como nuestro gel de baño Rich Moisture Hypoallergenic Wash han sido creados especialmente para bebés, y la fórmula no solo no contiene tintes, parabenos, ftalatos ni sulfatos, sino que además contiene un hidratante prebiótico para cuidar la salud de la piel natural de tu bebé. Una vez hayas limpiado al pequeño, asegúrate de limpiar también cualquier residuo para que quede una piel contenta y saludable.
… Antes de pasa a los baños "normales"
Aunque el momento del baño de los bebés normalmente nos viene a la mente como un momento maravilloso para crear un vínculo bonito y con naturalidad, a veces la realidad es un poco menos mágica, con brazos agitándose para alcanzar toallas, pañales y paños a medio camino. Prepararse con antelación puede marcar una enorme diferencia. Asegúrate de tener todo lo que necesitas (como un paño, un gel de baño suave o champú para bebés y una toalla caliente para después) y, si es necesario, pide también a un ser querido que te ayude.
Después de comprobar la temperatura del agua con la mano (debería estar confortablemente templada), coloca con cuidado a tu bebé en el agua, con los pies primero. Normalmente lo más fácil es comenzar limpiando su cabeza, cara y cuero cabelludo antes de pasar al cuerpo para limpiar otras áreas. Usa un gel de baño suave formulado especialmente para bebés. Una vez limpio (incluidas las áreas fáciles de olvidar, como entre sus diminutos dedos de las manos y los pies), enjuaga cualquier resto de jabón o gel de baño, y sécalo cuidadosamente.
Convierte las rutinas en rituales
No te saltes el último paso en la rutina de tu bebé o niño pequeño: la hidratación. Es especialmente importante, ya que el baño puede secar la piel de los bebés. Aquí es donde entra en juego nuestra crema Calming Moisture Night Time Lotion: infundida con una fragancia de manzanilla relajante, se va a convertir en tu producto preferido para una rutina que conduce a un sueño pacífico y tranquilo (cuatro de cinco papás y mamás la recomiendan como parte de una rutina de sueño relajante). Masajea suavemente la piel de tu bebé para crear un ritual calmante para la hora de irse a dormir que ambos anhelarán cada noche. ¡Cantar es opcional!